Articulo Científico
La odontología
es una disciplina cambiante, muy dinámica; en la medida en que evolucionan o
cambian los biomateriales, instrumentos y equipos, las técnicas de trabajo
mejoran. Además es una ciencia abierta al trabajo integrador,
multidisciplinario. De tal manera, que en la práctica Odontológica convergen
regularmente profesionales de diversas áreas, no solo Odontológicos sino de
distintas disciplinas provenientes de la Biomedicina y de las ciencias
sociales. Esto genera la necesidad de que los Profesionales de la Odontología
se mantengan al día y representen en toda investigación fuentes Primarias de
Actualización y formación de odontólogos.
El Odontólogo es
aquel más temprano entra en contacto con el niño dentro de su desarrollo, es
imprescindible observar cualquier eventualidad que surja, donde el clínico se
enfrenta a la caries de superficie oclusal con unas herramientas diagnósticas
convencionales, como la exploración visual y táctil y la exploración
radiográfica, que tienen una elevada subjetividad, la incertidumbre del diagnóstico,
unida a los diferentes criterios de actuación, conduce a actitudes terapéuticas
muy desiguales.
En la mayoría de
países industrializados el número de ancianos así como su esperanza de vida
esta creciendo de forma significativa.
Esto obliga a
tener en cuenta ciertos problemas relacionados con la edad de los pacientes,
como la presencia de enfermedades sistémicas crónicas, las diversas patologías
y las alteraciones incurables, entre ellas la Hipertensión Arterial, los
accidentes cerebro-vasculares, enfermedades cardiacas, la diabetes mellitus y
distintas enfermedades psiquiátricas, que pueden afectar notablemente el
tratamiento Odontológico.
Estudios
controlados sugieren que el sellador de fisuras, no solo protege frente a la
caries de fisuras, sino también protege de modo indirecto, las superficies no
figuradas, las que tradicionalmente se les ha atribuido el efecto a los fluoruros
tópicos. Por eso se ha considerado que la utilización simultánea de ambas
medidas logra una prevención de la caries, en la totalidad, sobre todo del
molar, lo que ha llevado a muchos países, desde la sanidad pública, programas
escolares junto con la empresas privadas, plan escuela, charlas educativas
combinadas con sellantes de fosas, fisuras y fluoruros tópicos.
Debemos realizar
una buena y detallada historia clínica, exaámen clínico, cuestionario de
preguntas a los padres, sobre hábitos de higiene de sus hijos, ya que vamos a
tratar con niños con dentición temporaria, también asistencia al odontólogo
(cuantas veces al año), edad del paciente, sexo, presencia del algún tipo de patología
sistémica, la existencia de tratamiento farmacológico, estado bucodental,
recuento de números de dientes presentes en boca, motivo de consulta, por el
que acudieron, tratamiento que se realizo, como transcurrió el periodo de
embarazo, si dio lactancia materna, ¿Cuánto tiempo?, antecedentes de los padres
y familiares, hábitos: como succión del dedo, chupón entre otros.
El odontólogo
representa un factor importante en la detección de alguna enfermedad o patología,
la mayoría de las veces ocultada por el paciente o padres del paciente. El
profesional de la odontología debe tener conocimiento acerca de todos los tipos
de enfermedades, para que, basado en los signos y síntomas que estás presenten,
poder llegar a un diagnóstico certero de las mismas, lo que permite así, dar el
tratamiento adecuado en cada una de sus facetas, psicológicas y farmacológicas,
para luego proceder a la parte restauradora de la cavidad bucal.
La detección de
alguna enfermedad y de muchas otras que los pacientes por vergüenza
generalmente ocultan, a través de un buen exámen clínico y de la observación de
la conducta del paciente, puede llevar, en muchos casos, no solamente a
ayudarlos a resolver sus problemas, sino hasta salvarles la vida.
Basándonos en
los exámenes clínicos, radiografías y de laboratorio podemos llegar a algún
diagnóstico provisional. Es necesario muchas veces el tratamiento
multidisciplinario para poder obtener mejores resultados.
En materia de
salud se deben incrementar las actividades preventivas, apoyar el desarrollo de
la atención primaria y fortalecer la participación en función de promover la
salud, y detectar la cantidad de agua fluorada en determinada población.
La
caída de los primeros dientes suele comenzar alrededor de los cinco o seis
años, cuando empieza un largo proceso de caída y renovación de dientes hasta
lograr la dentadura definitiva. A medida que los dientes definitivos crecen y
empiezan a salir, empujan a los anteriores, provocando que éstos últimos se
desprendan.
El momento de exfoliación o caída de cada diente de leche, que son 20 en piezas total, es aproximado, ya que puede haber variaciones debido a la genética u otros motivos. Los dientes inferiores, que probablemente fueron los primeros en aparecer, también suelen ser los primeros en caer.
¿Cómo salen los dientes
definitivos?
-
Inferiores. Los incisivos inferiores nacen en la parte interna de la encía, por
detrás de los dientes de leche empujándolos hacia afuera. En la boca de los
niños se pueden apreciar los piquitos de los nuevos incisivos por detrás de los
incisivos de leche, que aún no han caído.
- Superiores. Nacen por delante de la encía empujando los dientes de leche hacia adentro antes de su caída. Los incisivos centrales superiores salen alrededor de los 6 o 7 años.
- Muelas de los seis años. Este primer molar definitivo va a salir por detrás de las últimas muelas de leche. Estas muelas no sustituyen a ninguna otra, sino que ocupan el espacio libre que hay detrás de los segundos molares, que aún no han caído, y conviven con ellas durante algunos años. Aparecen primero las de abajo y luego las de arriba.
¿Qué hacer cuando empieza a moverse
un diente?
La
recomendación es no forzarlo, debido a que puede pasar bastante tiempo desde
que empieza a moverse hasta que se cae y los movimientos pueden dañar el diente
definitivo o la encía. Es importante evitar tocarlo con la lengua o con los
otros dientes para provocar su desprendimiento.
Sin embargo, cuando está muy suelto y se mueve tanto que molesta al niño para hablar o comer, podemos permitir que se lo quite él mismo. Si al movérselo, no le duele, es que está bien suelto.
¿Por qué se caen los dientes de
leche?
La
caída de los dientes de leche se produce cuando el diente permanente, que está
bajo la encía, empieza a presionar el diente de leche y va aflojándolo poco a poco.
Los dientes se caen dejando un hueco por donde aparece el diente nuevo. Los
dientes definitivos despuntan en la
encía desgastando las raíces de los dientes de leche, que comenzarán a moverse
hasta su caída.
¿Cómo se colocan los dientes
definitivos?
Los
dientes permanentes que van saliendo son más grandes que los de leche, por lo
que la separación que éstos tenían entre sí desaparece cuando caen. Los dientes
nuevos, al ser de mayor tamaño que los de leche, no siempre están bien
posicionados o no tienen espacio suficiente para colocarse correctamente y
salen “por donde pueden”. En general, en el transcurso del cambio de dentadura
algunos dientes pueden salir torcidos, pero cuando se desarrolla el hueso maxilofacial
y se completa se van alineando un poco por sí solos.
Sin
embargo, cuando la alineación dental no es buena, el diente definitivo
erupciona al lado del diente de leche y no debajo de él, sin desgastar su raíz.
Entonces, aparecerán en la boca los dos, formando una doble fila de dientes.
Esto es mas frecuente en los incisivos y es recomendable informar al odontólogo
para anticipar la caída del diente de leche, ya que cuando el definitivo
encuentre su hueco se desplazará ocupando el lugar vacío.
¿A qué edad caen y son reemplazados
los dientes de leche?
Se ha elaborado un esquema que puede servir de
guía a los padres para que conozcan cuándo suelen caer los dientes de leche o
temporales y cuándo serán reemplazados por dientes más grandes y fuertes,
conocidos como dientes permanentes o definitivos. Será también el momento de
recordar el cuento de Ratoncito Pérez
para que los niños sientan ilusión por la pérdida de un diente y el
nacimiento de otro.
Estás
mordisqueando una manzana y mientras masticas, hablas con un amigo sobre la
tarea de matemáticas de ayer. De repente notas algo raro - ¡finalmente se te ha
caído un diente! Parecía que había estado suelto durante una eternidad. Ahora
lo tienes frente a ti y tienes un hueco en medio de la boca en el que podrías
encajar un pitillo.
Antes
de poner el diente debajo de la almohada, ¿sabías que lo que se ve no es más
que una parte? El diente tiene muchas partes distintas que lo hacen funcionar.
Y los dientes no sólo te ayudan a masticar, sino que también te ayudan a
hablar. Así que es hora de hacer una excursión y averiguar la verdad acerca de
ese diente- ¡y todos los demás!
Dientes pequeñitos
Si
alguna vez has visto a un bebé comer su melocotón (duraznos) triturado, sabrás
entonces que los dientes son una parte del cuerpo con la que no nacemos
automáticamente. Los dientes no son como el corazón o el cerebro - no están
allí, listos para empezar a funcionar desde el primer día en que nace una
persona. Aunque un bebé tiene las raíces de lo que serán sus dientes incluso
antes de nacer, éstos no son visibles hasta que cumplen 6 ó 7 meses. Después de
eso, van apareciendo cada vez más dientes en la boca - ¡y entonces, ya no más
melocotones triturados!
La
mayoría de los niños tiene todos los dientes antes de cumplir 3 años. Se llaman
dientes primarios y hay unos 20 en total. (También se llaman a menudo dientes
de leche). Cuando el niño se hace algo mayor, estos dientes empiezan a caerse
uno a uno. Quizás recuerdes la primera vez que se te cayó un diente; suele
suceder entre los 5 y los 6 años, cuando el niño está en primer grado. Pero por
suerte, cuando se caen estos dientes, no te quedas como un bebé, sin dientes y
alimentándote de melocotones triturados. Un diente primario se cae para hacerle
sitio al diente permanente que hay detrás de él. Lentamente, los dientes
permanentes crecen y ocupan el lugar de los dientes primarios. Aproximadamente
a los 14 años a la mayoría de niños se les han caído todos los dientes de leche
y tienen todos los dientes permanentes. Hay 28 dientes permanentes en total
-¡ocho más que antes! Unos 6 años más tarde, aproximadamente a los 20 años,
crecen cuatro dientes más en la parte posterior de la boca, completando la
serie con un total de 32 dientes.
Un recorrido por los dientes
Fíjate
en el espejo o en la sonrisa de un amigo y verás seguramente dientes blancos y
relucientes por fuera. Pero los dientes tienen muchas cosas también en su
interior. La parte de los dientes que puedes ver encima de las encías (las
encías con la parte rosada y carnosa que hay debajo de los dientes) se llama corona.
La corona de cada diente está recubierta de esmalte, que es muy duro y
reluciente. El esmalte es la sustancia más dura de todo tu cuerpo y es como el
guardaespaldas personal de los dientes: brinda una barrera protectora a las
partes interiores del diente.
Tanto
la dentina como la pulpa llegan hasta la raíz del diente, la zona entera
situada debajo de la encía. Más abajo, la dentina está cubierta por cemento,
que es como el pegamento especial que tiene el cuerpo. Este cemento une la raíz
de cada diente a la mandíbula.
Tipos de dientes
¡No guardes
el espejo todavía! Es la hora de conocer los tipos de dientes. Vuelve a mirarte
en el espejo y probablemente notarás que no todos los dientes son iguales. La
boca de cada persona tiene distintos tipos de dientes y cada uno tiene su propia
función.
Los
dientes del centro en la parte delantera de la boca son los más fáciles de ver
y son los incisivos. Hay cuatro arriba y cuatro abajo. Los incisivos tienen la
forma de pequeños cinceles, con los extremos planos y algo afilados. Estos dientes
se utilizan para cortar y moler la comida. Piensa en la manzana que te comiste:
primero la mordiste con los incisivos para romper la cáscara. Los dientes en
punta que hay a cada lado de los incisivos son los dientes caninos. En tu boca
hay cuatro dientes caninos en total, dos arriba y dos abajo. Como son puntudos
y también afilados, te ayudan a cortar la comida.
Al
lado de los dientes caninos están los premolares. Tienes ocho premolares en
total, cuatro arriba y cuatro abajo. Necesitarás abrir un poco más la boca para
ver estos dientes, pero cuando lo hagas, notarás que tienen una forma
completamente distinta a la de los incisivos y caninos. Eso es porque los
premolares son más grandes, más fuertes y tienen ondulaciones- y todo eso les
hace perfectos para aplastar y triturar la comida (una buena forma de notar las
ondulaciones es pasar la lengua por la parte de arriba de estos dientes).
Finalmente, abre bien la boca y verás los molares. Tienes ocho, cuatro arriba y
cuatro abajo. Los molares son los más duros de todos: son incluso más anchos y
fuertes que los premolares, y tienen más ondulaciones. Los molares trabajan con
la lengua para ayudarte a tragar la comida: la lengua lleva la comida masticada
a la parte posterior de la boca, donde los molares la trituran hasta que está
bien deshecha y lista para tragar.
Cuando
los niños crecen, les salen cuatro molares más en la parte posterior de la
boca, uno en cada rincón. Esto suele pasar aproximadamente a los 20 años. Estos
dientes se llaman muelas del juicio. Las muelas de juicio no se usan para nada
y probablemente no te harán más juicioso, aunque algunas personas creen que
podrían haberse utilizado hace millones de años para masticar la comida.
La
próxima vez que comas, haz un experimento y presta atención a los dientes y a
las tareas que realiza cada uno. ¿Te estás comiendo una galleta? Los incisivos
hacen un buen trabajo cuando se trata de morder un dulce. ¿Qué te parece una
zanahoria? Son los molares los que hacen el trabajo, no los dientes de delante.
¿Y qué hay de ese trozo de pizza o pan duro? Los caninos te ayudarán a
trozarlos y acabar pronto con el sándwich de mantequilla de maní o la pizza de
salchichón.
Hablando de los dientes
Los
dientes son excelentes para masticar - pero ¿sabías que también son muy
importantes para hablar? Distintos dientes trabajan con la lengua y los labios
para ayudarte a formar sonidos y pronunciar letras. Intenta decir lentamente la
palabra "taza" y siente cómo la lengua toca primero el interior de
los incisivos para pronunciar la "t" y luego sigue con los dientes
superiores e inferiores para pronunciar la "z". Sin los dientes,
sería imposible. Intenta decir la palabra sin dejar que la lengua se acerque a
los dientes y ¡fíjate lo que sucede! Ahora di la palabra "faisán" y
nota cómo los dientes tocan el labio superior para decir la "f" y
cómo se cierran los dientes superiores e inferiores para producir la
"s". Y si te encanta cantar "la la la la la," puedes
agradecerles a tus dientes cada vez que cantas una canción: presta atención a
lo que les sucede a tus dientes y a la lengua cada vez que pronuncias la
"l".
Trata bien a tus dientes
Los
dientes son increíbles - ¡los 28! Nos permiten masticar todo tipo de alimentos
diferentes y son de distinto tamaño para la boca, según crece. Además, nos
ayudan a hablar. Es muy importante tratar bien a los dientes, porque trabajan
mucho cada día. Por suerte, es fácil cuidarlos.
Cepillarte
los dientes con pasta con flúor es lo mejor que puedes hacer para mantener los
dientes en plena forma. Lavarte los dientes cada vez que comes es lo mejor,
pero si no puedes hacerlo, lávatelos al menos dos veces al día y especialmente
antes de acostarte. Cepíllalos de arriba a abajo, en vez de lado a lado, y
¡asegúrate de cepillarte lo suficiente para limpiar realmente esos caninos (y
los otros dientes)! Después de cepillártelos, es una buena idea utilizar hilo
dental al menos una vez al día; el hilo dental mantiene los dientes en buena forma
y evita que los alimentos y la placa queden atrapados entre los dientes.
Hablando
de buenas ideas, es también importante visitar con regularidad al dentista,
para que examine si tienes algún problema con los dientes y te haga una
limpieza bucal para que los dientes luzcan fenomenales. Probablemente tu
dentista te aplicará tratamientos con flúor para proteger los dientes.
Por
último, los dientes están más felices cuando comes dulces y bebes refrescos
sólo con moderación (esto significa sólo en pequeñas cantidades y muy de vez en
cuando).
Eso
es porque el azúcar puede dañar el esmalte y la dentina dentro de los dientes y
causar deterioro o caries. Aunque las caries pueden tratarse, siempre es mejor
evitarlas. Trata bien a tus dientes ahora y ¡los mantendrás para siempre!
Además
de extraer células madres del cordón umbilical, también se pueden obtener de
los dientes de leches o temporarios.
A
veces los dientes de leche por lo general son guardados para “el ratón” o
arrojados a la basura, ahora pueden servir para extraer células madres dentales
que ha demostrado tener alto potencial de regeneración para cualquier tipo de
hueso, tejido y musculo. Devolviendo la calidad de vida a millones de personas
de sufren de malformaciones congénitas, problemas de piel, cornea, o lesiones óseas
debido a diferentes causas. A lo largo estas células madres podrán curar
enfermedades como Parkinson, Alzheimer, esclerosis múltiple entre otros.
Esta
técnica comenzó a realizarse, en México por primera vez. Son mas fáciles de obtener
porque tenemos “20 Dientes de Leche” un equipo de científico descubrió en el
2003, otra fuente de células madres en el cuerpo humano; pulpa de los dientes
de leche, los mas importantes son los de canino a canino, los dientes
temporales se que se tienen guardados de sus hijos “No pueden servir, ya que
estos deben ser en promedio máximo 48 horas de extraídos para poder
resguardarlos”.
Las
células madres obtenidas de los dientes de leche (niños de 9 años por ejemplo),
pueden ser utilizados para regenerar diferentes tejidos como: tejido cardiaco,
tejido nervioso, músculos, huesos, piel, regeneración de córneas en ojos. Es
necesario que los padres estén listos en el momento que el diente cae,
guardarlo en un vaso de leche y llevarlo al refrigerador inmediatamente esto
permite preservar las células en mejor estado, cultivarla y preservarla.
En
un tiempo no mayor de 120 horas, para luego llevarla al laboratorio y
conservarla el tiempo que desee el paciente. Cuando existen caries o
infecciones bucales, las células que se encuentran en su interior no están el
mejor de los estados, esto podría ser un impedimento. Las células madres son
las células “primarias” del cuerpo, están pueden diferenciarse o cambiar a
determinados tipos de células, las cuales en condiciones controladas, pueden
reproducirse en órganos, tejidos y huesos, o células madres desarrolladas que
pueden operar reparando el sistema inmunológico. De hecho las células madres
pueden producir células de remplazo para aquellas que se han perdido y/o dañado,
ya sea por una lesión o enfermedad.
Investigadores
han encontrado en la pulpa de los dientes primarios, temporario o de leche,
células que contienen condrocitos, osteoblastos, adipocitos, y células madres del
mesenquima. Todos estos tipos de células poseen un potencial enorme para el
tratamiento de enfermedades, no solo del donante sino de sus padres, hermanos y
hasta abuelos.
La
aplicación de la terapia de las células madres para estas enfermedades es
actualmente perseguida por muchas mentes brillantes de las mejores
instituciones alrededor del mundo, por lo que se creen que estos tratamientos
son prometedores. En la actualidad se esta utilizando la terapia de células
madres para casos tales como: leucemia, injerto de piel con quemaduras de
tercer grado, linfoma, anemias, anormalidades congénitas de las plaquetas,
anormalidades congénitas de los glóbulos rojos (eritrocitos), terapias
genéticas, cardiomiopatía celular (reforzamiento del músculo cardiaco dañado
por medio de la infusión de células madres o promover su crecimiento.
La
utilización de los dientes primarios, para obtener células madres es una
alternativa a la recolección a través del cordón umbilical, permitiendo a los
padres planificar con más tiempo la obtención, ya que existen “12” dientes
viables, lo que provee muchas oportunidades en un período aproximado de 5 años.
No todos los dientes tienen el mismo potencial, los que han demostrado tener
este tipo de células son: de canino a canino tanto en la parte superior como en
la parte inferior.
En
lo que respecta al procedimiento de recolección este es muy sencillo, cuando el
diente este flojo, se hace la extracción del diente de leche, regularmente por
un odontólogo afiliado a alguna red de obtención de muestra, estas son
compañías que ofrecen este servicio así como el de almacenaje. El diente es
introducido en un tubo de ensayo con leche pasteurizada colocado dentro de un
gel refrigerado especial y enviado al centro donde se aislaran y reproducirán
las células encontradas en la pulpa del diente.
El
interés global en los beneficios de la medicina regenerativa, la posibilidad de
colectar y salvar células propias, a través de un procedimiento no invasivo y
seguro, ha incrementado la demanda del almacenamiento de las células madres
dentales. Existen compañías que ofrecen ya tanto el servicio de recolección de
las células madres, como la preparación y almacenamiento de las mismas.
Las
principales diferencias entre las células madres dentales y las del cordón
umbilical, además de las enfermedades que se pueden tratar son las siguientes:
* Las células madres dentales tienen la facilidad de multiplicarse y auto
renovarse. Las células madres del cordón umbilical no se multiplican.
* Las células madres dentales pueden obtenerse
en diferentes oportunidades, y las células madres del cordón umbilical es una
oportunidad única.
Solo
se necesita un solo diente sano, para la extracción de las células y el proceso
que tiene que hacer uno es relativamente sencillo. Los dientes de leche
aparecen aproximadamente a los 6 meses de edad, y se caen entre los 6 a 12 años
de edad, las células procedentes de estos órganos dentarios son preservadas
para futuro uso médico, actúan como un seguro biológico. Para que la terapia
con células madres funcione es importante que las fuentes de las mismas sea
compatible con el huésped, de esta forma se evita el rechazo, así mismo, las
células de un hijo, pueden funcionar en hermanos, padres y abuelos. “Todos” los
dientes de leche son fuente abundante de células madres, solo se requiere de un
diente sano para la correcta preservación de las células en términos de calidad
y cantidad. También funcionan los terceros molares o muelas del juicio.
El
tiempo es crucial, las primeras 48 horas después de que e diente esta fuera de
la boca son criticas.
En
el año 2003, el Dr. Songtao Shi, investigador del National Institute of Health,
descubrió las células madres en los dientes de leche de su hija, pudiendo
aislarlos y reproducirlos y de esta manera preservarlos para un futuro
utilizando su poder regenerativo.
Resultados
indican que las células derivadas de las pulpas dentales humanas, contienen subpoblaciones
celulares, entre las cuales existen células progenitoras que expresan
marcadores que las identifican como células madres post-natales.
Estas
células madres derivadas de las pulpas dentarias humanas, presentan una
característica esencial, que son clonogénicas, y que pueden ser catalogadas
como multipotenciales, capacidad de diferenciación hacia un fenotipo
mineralizante.
Sin
embargo es necesario llevar más estudios para caracterizar el fenotipo, para
pensar en un futuro en un uso potencialmente clínico en terapias de
regeneración dental.